Tener como base de producción o importación a China implica contar con un abc de acciones a seguir y cumplir. Son acciones concretas que deben minimizar riesgos y para muchos deben conducir al éxito de un producto. Es cierto y se puede garantizar. Pero también debemos estar preparados para el fracaso. No existen estadísticas que puedan mostrar una proporción entre el éxito de un producto después de seguir las reglas para fabricarlo y el mismo éxito enfrentando su fracaso, por ello, según mi experiencia personal, le atribuyó un cuarto del éxito de un producto al manejo correcto de su fracaso. En ocasiones más, en ocasiones menos, pero todos los productos crecen cuando manejamos correctamente su proporción de fracaso.
En el año 2007, uno de los objetivos mercantiles de la estancia en China de un equipo comercial que ejecutaba las compras para una red de tiendas de una corporación de un país caribeño, era encontrar un fabricante de Licuadoras de bajo costo pero con alto rendimiento y duradero desempeño. En otras palabras, una Licuadora de bajo costo, con prestaciones top y para toda la vida.
En el mercado de destino prevalecian las comparativas de las Batidoras OSTER y PHILIPS de los años 50', sus motores picapiedras y sus durabilidades de 20 y 30 años. Pero no eran los años 50', ahora la situación económica del mercado solo permitía compras de bajo costo para una gran parte de sus consumidores. El clásico bueno, bonito y barato.
Ya el equipo comercial tenía experiencias anteriores y contaba con un banco de posibles fabricantes, fabricantes que en su momento habían sido descartados después que sus primeras entregas incidieron negativamente en el comportamiento del producto. Contrataban una producción, la producción fallaba en altos porcentajes y automáticamente quedaba eliminado ese fabricante. Entonces a buscar otro fabricante. A ese ritmo no dudo que en 5 años más se hubiesen agotados todos los proveedores de Licuadoras de China.
Fábrica de la Licuadora. Foto del autor. |